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viernes, 20 de mayo de 2011

"Amor, en lo que nos fuimos a meter."

Con esa frase y una sonrisa de complacencia en su carita, mi esposa resumía la experiencia de los últimos días. Y no podía ser mas certera en su comentario...

Ya hace varios meses, aun antes de casarnos, había llegado a la conclusión de que teníamos, por fuerza, que tener mascota. Nunca fui un niño afecto a los animales, pero si tengo mis buenos recuerdos de mi niñez con un par de perritos chihuahueños. Y cuando digo "por fuerza", es simplemente por el hecho de que teniamos el espacio adecuado para un compañerito para cuidar y ser cuidados. Al mismo tiempo, un primo de mi esposa ha estado intentado cruzar su schnauzer, por lo que nos habia comentado que tal vez podria apartar un cachorrito.

Desgraciadamente (o afortunadamente, depende el cristal con que se mire), el perrito no ha tenido mucha suerte con las féminas, lo cual se me hace lógico: todas las que ha conocido son unas perras (no podía desperdiciar el chiste, lo siento). Así que los meses pasaban y aun no había suerte. La única mascota que teníamos era un pececito beta que nos saluda en las mañanas cuando le damos de comer. Empecé a considerar que tal vez ya necesitábamos un perrito. Sobre todo cuando mi esposa ya le quería poner correa al pececito. Obviamente le dije que era una locura. No hay correas tan pequeñas.

Sin saber muy bien de donde surgió, una pequeña idea fue tomando forma en mi cabeza: adoptar un perrito. Tal vez era por ver tantas fotos que ponen en los programas de televisión promoviendo la adopción (que ni son tantos como deberían ser, realmente); tal vez el sentimiento que provoca el pensar en esas criaturitas abandonadas a su suerte por gente sin escrúpulos. Como sea, después de platicarlo, llegamos a la conclusión de que adoptaríamos. Lo siguiente era ver como lo íbamos a hacer. NPI, o sea, "No Poseo Información".

Pero mi esposa, que es mucho mas abusada que su servidor, rápida y nada furiosa se lanzo al Facebook (que estos días además de red social opera como sección amarilla, aparentemente) y localizó AdoptaGDL. Ahí encontró una multitud de perritos y gatitos sin hogar a los que les buscan una segunda oportunidad. Nada mas entrar y ver la cantidad de animalitos que hay te hace pensar en tantas cosas. Y la verdad es todavía mas descorazonadora, pero me adelanto al relato.
A cada rato me enviaba correos con los perritos que le gustaban, y veíamos si era viable o no. Hay que decir que para los que tenemos corazón de pollo, es una tarea titánica. Por fin nos decidimos y enviamos nuestra solicitud, pero justo habían adoptado a la que escogimos. Paciencia, me dije. Paciencia.

Finalmente, apareció una bella cachorrita de casi tres meses. He de decir que me movió desde que vi la foto. Después de que mi esposa envió la solicitud, se percato de un detalle: tenia mas de 20 días en linea. Le comenté que ni modo, probablemente ya habría encontrado hogar. Era muy bonita y muy chiquita para que no fuera así.

Pues no fue así. Por cosas del destino (porque la casualidad es un mito) nos contestaron que la perrita estaba aun en la lista. Pegamos un brinquito de felicidad. Y digo brinquito porque no quería decir que nos la habían dado. Esto requiere un proceso para asegurar que el animalito no va a terminar igual o peor de como lo encontraron. Lo cual tiene mucho sentido a mi parecer. Así que lo siguiente fue un intercambio de correos, llamadas y datos. Y finalmente una cita.

Llegamos a la dirección, cruzamos la puerta y el mundo cambió. No, no voy a salir con el cuento de que "la vimos y supimos que era ella" o "nos vio y nos adoró desde un principio" ni cursilerías de esas. Probablemente la que si lo sintió fue mi esposa. Lo mio fue diferente: a mi me apabulló ver los 8 perritos que nos recibieron en la puerta con una de las rescatistas. Y digo apabulló en el sentido de ver a esas criaturitas acercarse a uno de lo mas alegres. Y te pones a pensar que muchos de ellos estuvieron vagando en las calles, o en azoteas, asoleándose por días sin agua ni comida, o abandonados en una bolsa en alguna calle. Y mirarlos ahí, de repente, moviéndote la cola y dejándose querer, te mueve. Realmente te mueve. Y aquí me gustaría aclarar algo: no soy de las personas que salgan a ultranza a defensa de los animales y tienen el corazón de piedra ante los seres humanos. Siento igualmente la misma punzada en el corazón ante el abandono y la orfandad entre todas las criaturas. Solo que este relato es de nuestra experiencia en particular.

Decía pues, lineas arriba, que la realidad es mas descorazonadora, que fue lo que averigüé durante la entrevista: la ignorancia y la indiferencia son las principales causas de que estos animalitos terminen en las calles o muertos, en el peor de los casos. Escuche relatos de personas que básicamente torturaban a sus perritos o gatitos y que se defendían con argumentos como "es mi animal y hago con el lo que quiera". Cuando se pone uno a pensar en la situación actual del país, termina uno entendiendo que si no respetan la vida humana, menos respetarán otras vidas.

Hay reglas esenciales que AdoptaGDL plantea para una adopción, de las cuales la principal es que a quien adoptes tiene que ser esterilizado. Es un punto en el que hacen mucho énfasis, lo cual es entendible cuando lo que se busca evitar es el abandono de mas cachorritos. Luego de varias preguntas terminamos acordando que habría un correo mas. Nos fuimos de ese refugio impresionados del trabajo que realizan y del cuidado que tienen.

Para acortar la historia, el correo que recibimos era toda una serie de recomendaciones básicas sobre el cuidado que habríamos de tener y los requisitos que debíamos cumplir para recibir a la perrita: su collar, correa, plato, camita; una placa con su nombre y teléfonos de contacto, la cual es imprescindible para que se te entregue; el alimento, las vacunas, etc. Y al día siguiente, firmamos la adopción. En estos días, hemos acondicionado todo y conseguido las cosas de Kirah, como se va a llamar, pues aun no responde a un nombre en particular, lo cual nos dio la oportunidad de darle uno.

Ahora, estamos a la espera de que Kirah llegue. Fue antenoche cuando mi esposa dijo "Amor, en lo que nos fuimos a meter." con esa sonrisa en su rostro que dice tantas cosas. ¿En que nos fuimos a meter? No lo sé. Pero me va a encantar descubrirlo juntos...

Si tienen la oportunidad de adoptar, o si les interesa conocer mas, recomendar a un amigo u obtener información, entren a http://www.facebook.com/adoptagdl o contáctenlos vía correo electrónico: info@adoptagdl.com. Es una organización seria, profesional y responsable, conózcanlos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Y siempre te diré ... "Amor en que nos hemos metido" ya que creo que no será la última vez que una de nuestras decisiones cambien tanto nuestra vida o la modifique :)... Gracias por compartirlo y descubrirlo conmigo. Te Amo ♥